viernes, 8 de noviembre de 2013


Medellín, noviembre 8 de 2011

 
Queridos Estudiantes y profesores:
 
Quiero reiterarles con esta misiva personal, la invitación ya trasmitida, al encuentro general el día martes 12 a las 8 a.m, en el audiorio 10-103, para retomar nuestro trabajo universitario y realizar los encuentros de diálogo directo, abierto y franco, que la Facultad que queremos concibe como canal privilegido para reconstruir los lazos de comunidad académica. Este es el reto histórico que tenemos en nuestro contexto de universidad, de ciudad y de país.

Mi experiencia como analisante, mi práctica como psicoanalista y mi ejercicio como docente me han enseñado que es en el acto de la palabra, en el verbo como acción, donde podemos realizarnos como sujetos. Solo con este acto manifiesto podemos trasmitir ideas, pensamientos y realizar nuestros deseos y aspiraciones, que en conjunto, darán cuerpo a la Facultad que queremos.

Es en el acto creador y de saber que nos propicia la palabra, donde logramos nuestra realización como sujetos, como hablanteseres; por esto la palabra es la única vía de humanización posible. Con la palabra podemos construir o combatir nuestros lazos y hacer de ellos espacios de realización o de muerte. La palabra abre el camino a la vida, a la construcción de una nueva realidad con la participación de todos y cada uno; es ella la que logrará hacer objeción, resistencia a la dinámica del mercado neoliberal que nos conmina al aislamiento, al goce autístico de cada sujeto-consumidor de los objetos, encerrado en su pequeño territorio (habitación), donde está más tranquilo porque no necesita siquiera del cuerpo del otro, de la realidad afuera. Esta condición del mercado interpuesta en la relación al otro, logra distorsionar incluso las aspiraciones humanas al saber, al arte, la ciencia; a la contemplación como diría Aristóteles.

Es justamente en contra de esta realidad, que HOY estamos llamados al encuentro, a retomar nuestro trabajo académico, democrático reflexivo e incluyente que nos hemos propuesto, para conspirar en contra de aquello que favorece un retorno, una repetición de la dinámica de la horda primitiva que tan bellamente Freud ilustró, donde el amo, el padre real, tiránico, sometía a los hijos reservándose el goce. Los hijos de ese padre real, dieron espacio a cada uno, suscribiéndose a la presencia simbólica del la ley que le permite a cada cual el disfrute que estaba reservado para UNO.

El ejercicio de esa ley, que es entonces el derecho al goce de la formación, del arte, de la ciencia, de la universidad, se consigue con el enunciado propio de la palabra y la escucha de los otros, escenario de reencuentro que hará posible la reconstrucción de un tejido social novedoso entre nosotros, y que deberá reflejarse además en nuestra ciudad y país. Este reto nos obliga y está implícito en el nombre de nuestra Facultad, de ciencias sociales y humanas. El significante que nos marca es a la vez demanda que recibimos de los demás que nos confronta y diferencia de otros saberes, tanto como estudiantes (futuros profesionales) y como profesores (profesionales) en el ejercicio del día a día.

Quiero terminar esta simple reflexión como invitación, con una cita de Orlando Mejía Rivera extraída de su trabajo, publicado en Rebeldía y exilio: Albert Camus (1913-2013) Homenaje en el centenario de su  nacimiento, donde dice: “De allí que sus personajes hablen, a veces, como evocando el antiguo lenguaje de los romanos y su fascinación por las formas breves: los epigramas, las máximas y los epítetos(…) es Clamance, protagonista de La Caída y el más explícito personaje kafkiano de Camus, afirmando son sorna y lucidez: HEMOS SUSTITUIDO EL DIÁLOGO POR EL COMUNICADO”

 

Con afecto,

 

Gloria Patricia Peláez J.
Docente
Decana
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
Universidad de Antioquia.

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